Hoy quiero hablar contigo sobre algo que seguramente te suene: las preocupaciones.
Si eres de esas personas que no paran de darle vueltas a las cosas, imaginando escenarios y problemas que quizá nunca ocurran, quédate conmigo.
Este artículo no solo es para ti, también me lo escribo a mí misma.
Sí, porque yo también soy de las que se preocupan demasiado, y creo que necesitamos recordar por qué debemos dejar de hacerlo y cómo podemos lograrlo.
¿Cuándo te estás preocupando en exceso?
Preocuparse es natural cuando enfrentas una situación realmente grave y presente, como la enfermedad de un ser querido o un problema urgente.
Sin embargo, preocuparse en exceso ocurre cuando te montas películas mentales sobre cosas que ni siquiera han pasado o cuando tu mente se adelanta creando problemas que todavía no existen.
Es ese momento en el que te quedas sin dormir pensando en un “¿y si…?” que rara vez se materializa.
Para detectar si te estás preocupando de más, hazte estas preguntas:
1. ¿Este problema tiene solución y está en mis manos?
Si la respuesta es “no”, preocuparte no tiene sentido.
2. ¿Es un problema del presente o del futuro?
Si es del presente y puedes solucionarlo, hazlo. Si es algo que solo está en tu imaginación, intenta dejarlo ir.
Tus pensamientos son tuyos, y aunque a veces parezca complicado controlarlos, puedes tomar las riendas y cambiar el rumbo de lo que ocupa tu mente.
¿Es preocupación eso que llamas responsabilidad?
Es importante no confundir preocuparse con ser responsable.
La responsabilidad implica tomar acción sobre las cosas que están bajo tu control en el momento adecuado.
Por otro lado, preocuparse en exceso suele ser un ejercicio inútil: pensar y repensar en algo sin actuar, o peor, preocuparse por cosas que ni siquiera han sucedido.
Razones para dejar de preocuparte en exceso
Las preocupaciones excesivas no solo agotan tu energía, sino que también afectan tu salud emocional y física.
Aquí te dejo algunas de las consecuencias de preocuparte más de lo necesario:
Insomnio
¿Recuerdas cuando eras niño y dormías profundamente sin conocer lo que era el insomnio?
Las preocupaciones nos roban ese descanso tan necesario. Sin dormir bien, te conviertes en una persona menos productiva, más irritable y, sobre todo, menos feliz.
Desgaste emocional
Las preocupaciones no resuelven problemas, pero sí te desgastan emocionalmente.
Estar en ese estado constante de inquietud reduce tu capacidad para disfrutar el presente y enfrentarte a los desafíos reales.
Baja productividad
Cuando tu mente está ocupada en “y si pasa esto” o “y si no consigo aquello”, es difícil concentrarte en lo que realmente importa.
Terminas paralizado, incapaz de avanzar en tus tareas o proyectos.
Estrés
El estrés crónico es uno de los grandes males de nuestra época, y muchas veces está relacionado con preocupaciones que no tienen fundamento.
Ese estrés afecta tu salud física y mental, robándote calidad de vida.
Te resta tiempo y vida
Las preocupaciones no alargan la vida, pero sí pueden acortarla.
Dedicar energía a escenarios imaginarios te quita momentos de disfrute y bienestar en el presente.
Como dijo el hombre más sabio que ha vivido: “¿Quién de ustedes, por angustiarse, puede alargar un solo codo la duración de su vida?”
La razón más importante para dejar de preocuparte
¿Sabes cuál es la mayor razón para dejar de preocuparte tanto? La mayoría de las cosas que te quitan el sueño, nunca suceden.
Piénsalo: ¿cuántas veces has pasado noches enteras dándole vueltas a un problema que al final no ocurrió?
¿Cuántas veces has ensayado conversaciones o enfrentado situaciones en tu mente que luego nunca llegaron a pasar?
Ese tiempo y esa energía se pierden para siempre.
¿Cómo dejar de preocuparte más de lo necesario?
Aunque no tengo la fórmula mágica para eliminar las preocupaciones, aquí tienes algunos pasos que podemos dar juntos para reducirlas:
Bloquea los pensamientos negativos
Cuando aparezca un pensamiento inquietante, cámbialo por algo positivo.
No dejes que eche raíces. Si insistes en no darle espacio, poco a poco desaparecerá.
Actúa cuando sea necesario
Muchas preocupaciones surgen de no haber hecho lo que debíamos en su momento.
Evita esto tomando acción cuando sea necesario, en lugar de procrastinar y acumular ansiedad.
Acepta lo que no puedes controlar
No todo está bajo tu control, y eso está bien. Aprende a soltar aquello que no puedes cambiar, y enfócate en lo que sí está en tus manos.
Vive en el presente
A menudo, nos preocupamos por cosas que solo existen en nuestra mente.
Haz un esfuerzo por centrarte en lo que estás viviendo aquí y ahora.
Un paso más hacia la tranquilidad
Aunque no tenemos una receta infalible para dejar de preocuparnos, cada pequeño esfuerzo cuenta.
Si juntos seguimos estos consejos, quizás podamos salir del “Club de los Preocupones Patológicos” y aprender a disfrutar de la vida con más ligereza.
¿Qué te parece si lo intentamos? ¡Déjame en los comentarios tus pensamientos y cómo gestionas tus preocupaciones! 😊
Muchas gracias por este post. Se me hace muy dificil dejar de preocuparme por las cosas porque siempre me han enseñado a ser así…. Pero al final las preocupaciones no aportan nada mas que doores de cabeza