te preocupas demasiado

Por qué necesitas dejar de preocuparte

❝¿Te preocupas demasiado? Hablemos sobre las razones para dejar de preocuparte tanto y cómo conseguirlo❞

Hoy me gustaría hablar contigo acerca de las preocupaciones

Veremos por qué deberías dejar de preocuparte en exceso por esas cosas que todavía no han ocurrido. 

Por qué necesitas dejar de montarte películas en la cabeza con lo que podría pasar. (Y por qué yo también debería hacerlo).

Sí. Este artículo no me sirve únicamente para hablarte a ti de los beneficios de relajarte un poco y dejar que la vida fluya. 

También me sirve a mí para recordarme por qué debo dejar a un lado algo que he llamado “Síndrome de Spielberg”.

Quizás te estés haciendo algunas de estas preguntas ahora mismo:

¿A qué te refieres con preocuparse en exceso?

¿Acaso es malo ser una persona que se siente inquieta en determinados momentos estresantes de la vida?

¿No debemos preocuparnos si un ser querido se enferma?

¿Hay que pasar de todo, como si nada nos importase?

¡Para! ¡Para! ¡Vamos por partes! Empecemos por el principio…

¿Cuándo te estás preocupando en exceso?

Puedes decir que te estás preocupando de forma natural cuando una situación es realmente grave y ya está ocurriendo.

Por ejemplo, si un ser querido se enferma, sería normal que esta situación te inquiete y te haga perder el sueño. Por eso, no me refiero a esas situaciones cuando te hablo de preocuparte en exceso, así que dejemos estos momentos frustrantes y dolorosos a un lado durante el artículo.

Te preocupas en exceso cuando te montas películas por eventos que no han ocurrido. Cuando te imaginas lo que podría ocurrir. Cuando piensas en soluciones a problemas que no existen

…Cuando pierdes el sueño por la noche por cosas que jamás pasarán. Cuando te duele la barriga por pensar en esas películas que te has montado.

En definitiva: te preocupas en exceso en aquellas las situaciones en las que, después de un tiempo, te das cuenta de que te preocupaste “por nada.

A toro pasado es mucho más fácil identificarlos. Pero, ¿cómo puedes identificar esas situaciones sin tener que esperar a que el tiempo te lo demuestre? ¡Hazte estas preguntas! 

¿El problema por el que estoy angustiado tiene solución y está en mis manos? Si la respuesta es “NO”, lo más seguro es que te estés preocupando en exceso. Si la respuesta es “SÍ”, puedes pasar a la siguiente pregunta:

¿El problema es del presente y le puedo poner solución ahora, o pertenece a un futuro imaginario, que yo he creado?

A esta última pregunta hay dos respuestas posibles:

Si se trata de un problema del presente, que tiene solución y esa solución está en tus manos ¿para qué te preocupas? ¡Soluciónalo!

Si se trata de un problema que tu “Síndrome de Spielberg” ha creado, ¿para qué te preocupas?

¡Ocupa tu mente en cosas más productivas y positivas que esa!

Si eres como yo, que soy una preocupona patológica, es posible que te resulte un poco difícil dejar de preocuparte por esas películas mentales.

Pero no puedes dejar que esa dificultad te impida tomar el control de tus pensamientos.

Recuerda que tus pensamientos son tuyos. Tú los creas. Tú los puedes cambiar. Si existe algo en este mundo que está totalmente bajo tu control, son tus propios pensamientos.

¿Es preocupación, o responsabilidad?

Hay personas que confunden la preocupación con la responsabilidad. Y, la realidad, es que son dos cosas totalmente diferentes.

La persona responsable es la que hace lo que tiene que hacer, en el momento en que debe hacerlo.

La persona que se preocupa en exceso es la que se monta películas, o la que no hizo lo que tenía que hacer en el momento en que debía hacerlo.

¿Por qué deberías dejar de preocuparte en exceso?

Las preocupaciones innecesarias no solo te impiden pensar de manera positiva. También te hacen gastar una gran cantidad de energía en alimentar esos pensamientos negativos. 

Pero, además de eso, preocuparte demasiado te puede llevar a sufrir estas consecuencias: 

Insomnio

Cuando éramos niños no teníamos insomnio. ¿Te acuerdas? Era un tiempo maravilloso, en el que no entendíamos el significado de esa palabra, porque no habíamos vivido nunca una noche en vela.

Las preocupaciones sobre los sucesos futuros que nos imaginamos, nos quitan el sueño. Aunque parezca una tontería, el insomnio te hace ser una persona malhumorada y totalmente improductiva. ¿Cómo vas a ser feliz y productivo si te pasaste la noche sufriendo?

Además, y por si la productividad es algo que no te importa demasiado, debes saber que dormir mal puede tener unas consecuencias nefastas en tu salud. 

Desgaste emocional

Como dije antes, preocuparte en exceso hace que te canses. Esto te quita la energía que podrías ocupar en cosas mejores. 

Pero, además, te desgasta emocionalmente. Cuando estás preocupado, normalmente también estás triste pensando en el terrible futuro que te espera. 

Esto te quita las ganas de hacer cualquier cosa. Y esto, me lleva al siguiente punto.

Baja productividad

Era lógico. Si unes el insomnio y el desgaste, te encuentras con una improductividad total.

No solamente eres improductivo por el mal humor y el estrés que te provocas. 

Además, al estar ocupado pensando en todas esas tonterías, te bloqueas y no puedes hacer nada más mientras tanto.

Estrés

Uno de los males de nuestros tiempos. El estrés es una de esas cosas que encuentras allá donde mires. 

¿Sabes a qué se debe esto? A que la mayoría de las personas se encuentran preocupadas por eventos que no han ocurrido, y probablemente jamás ocurrirán.

Te resta vida y salud

Cuando estás preocupado, y te ocurre todo lo que he dicho: estrés, insomnio, desgaste, etc. Estás restando tiempo de tu vida.

Aunque hoy parezca una tontería, las preocupaciones tendrán un resultado muy negativo en tu salud a medio y largo plazo.

Además, en el mejor de los casos, en el que no le restases tiempo a tu vida, tampoco se lo añades por preocuparte. 

El hombre más grande de todos los tiempos dijo “

aunque no restases tiempo a tu vida, tampoco se lo añades. El hombre más grande de todos los tiempos dijo “¿Quién de ustedes, por angustiarse, puede alargar un solo codo la duración de su vida?”.

Así que, si no vamos a vivir más por preocuparnos, ¿para qué perdemos el tiempo que tengamos?

La mayor razón para dejar de preocuparte

Para terminar con las razones por las que deberías dejar de preocuparte, quiero contarte el que creo que es el mayor motivo para dejar de hacerlo. 

Puede que te parezca muy obvio. Pero, si lo miras fríamente, de lo “tonto” que es, es uno de los más importantes. 

Las cosas por las que más te preocupas, raramente ocurren

Piensa en la siguiente situación y en cuántas veces te ha pasado: 

Te pasas días sufriendo, con dolor de barriga, sin ganas de comer, con insomnio, pensando en tu película.

Hasta te tomas el tiempo de crear el guión de conversaciones de tu superproducción.Te imaginas con pelos y señales todo lo que pasará en ese futuro imaginario.

Y, claro, como es algo negativo, cada vez que te viene a la cabeza, te pones de los nervios. 

Al final, pasan los días y esa “película” nunca se hace realidad. Todo queda en agua de borrajas. Jamás pudiste hacer realidad tu película, porque todo salió bien y no fue necesario. 

¿Crees que te mereció la pena todo el sufrimiento previo, para que luego no pase NADA?

 ¿Cómo dejar de preocuparte más de lo necesario?

Lamento decirte que todavía no tengo la receta infalible para que dejes de preocuparte innecesariamente. Si la tuviese, ya la habría utilizado para mí.

Pero, aún así, comencemos hoy y hagámoslo juntos.

Vas a ver algunos consejos que, a partir de hoy, tanto tú como yo vamos a utilizar para dejar de preocuparnos tanto por todo.

Puede que juntos encontremos esa receta infalible ¿qué te parece?

Bloquea el pensamiento negativo

Es normal que nos vengan a la mente pensamientos que no son positivos.

Pero, cuando esto ocurra, tenemos dos opciones: darle rienda suelta al pensamiento, o bloquearlo.

Si piensas inmediatamente en otra cosa que sea positiva, el pensamiento sabrá que no es bien recibido y se irá por donde vino.

Más tarde, volverá. Pero vuelve a hacer lo mismo. Y, así, hasta que no regrese más.

Haz lo que debes hacer, cuando debes hacerlo

Si tus preocupaciones muchas veces se basan en que deberías haber hecho algo y no lo hiciste en su momento, rectifica ese comportamiento.

Para evitar preocuparte en el futuro, cuando un plazo se vaya a cumplir, o cuando algo ya no tenga solución, haz lo que debes hacer en cada momento. 

No esperes a que algo sea urgente, o a que ya no tenga remedio para ocuparte de ello.

Asume que no tendrás el control de todo

A veces, nos preocupamos porque no tenemos el control de una situación. No sabemos qué pasará, pero necesitamos controlarlo. Y, al no poder, nos frustramos. 

Si es tu caso, simplemente asume que no puedes tener el control de todo.

Eres una persona con grandes posibilidades, pero no podrás tener el control de todo lo que ocurre a tu alrededor. Asúmelo.

Vive en el presente

Suena bonito ¿verdad? También suena muy fácil ¿a que sí?

Para hacerlo, acuérdate de cuando eras un niño (o una niña, en mi caso) y únicamente te preocupaba lo que ibas a hacer en cada instante.

    Todavía no tenemos la receta infalible, pero estoy segura de que si tú y yo seguimos estos cuatro consejos, muy pronto podremos decir que ya no formamos parte del “Club de los Preocupones Patológicos”.

    Estaremos desintoxicados de toda esa basura y podremos vivir la vida como realmente deberíamos hacerlo.

    Para muestra un botón, o un vídeo

    Para terminar, me gustaría mostrarte un vídeo.

    En este vídeo vas a ver un ejemplo de por qué preocuparse antes de tiempo no sirve para nada.

    En él, te cuento qué fue lo que me ocurrió en las Cataratas del Niágara, y por qué aprendí que después del miedo, ocurren cosas maravillosas.

    Espero que este artículo te ayude a ver las preocupaciones de otra manera. Que, igual que yo, comiences a seguir los cuatro consejos para dejar de preocuparte demasiado. 

    ¡Espero que juntos encontremos esa “receta infalible”!

    Para conseguirlo, ¡cuéntame en los comentarios tus avances!

    Autora: Bea Martín

    Hola, soy Bea! Mi pasión -y mi profesión- es escribir. Disfruto mucho de pasar tiempo frente al mar y de los juegos de mesa en buena compañía. Este es mi blog personal, donde combino mi pasión por escribir, con mi afición de los medios audiovisuales y mi curiosidad por la mente humana. Siempre he tratado de encontrar maneras de sentirme mejor y ayudar a otros y desde 2013 lo reflejo en este blog.

    Posts Relacionados

    ¡Deja tu comentario!

    1 Comentario

    1. Gabriela

      Muchas gracias por este post. Se me hace muy dificil dejar de preocuparme por las cosas porque siempre me han enseñado a ser así…. Pero al final las preocupaciones no aportan nada mas que doores de cabeza

      Responder

    Enviar un comentario

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.