👉 ¿Sueles señalar a otros cuando las cosas te salen mal? 😳 Aceptar tu responsabilidad no es fácil, pero es muy importante para asumir el control de tu vida 💪
Tiempo de lectura 4:20 min.
Culpar a otros es mucho más fácil que asumir las responsabilidades de nuestros propios actos. Esto es un hecho. Además, los seres humanos tenemos tendencia a asumir nuestras virtudes pero tratar de tapar nuestros defectos. Por eso, cuando algo nos sale mal, intentamos por todos los medios “echar balones fuera”.
Es habitual que busquemos responsables en todos lados, menos en nosotros. Culpamos a otras personas, al clima, a nuestra mala suerte, a que ese día amaneció más temprano que ayer o al gobierno del país…
Señalar a otros como culpables de nuestras desgracias es muy fácil. Pero no es inteligente ni productivo si queremos es asumir el control de nuestra vida.
Por eso, he querido hacer este artículo. Quiero hablarte de los pasos que he dado para intentar (dentro de la imperfección) dejar de culpar a otros y asumir mi propia responsabilidad. Te prometo que, aunque al principio parezca difícil o autodestructivo, es súper importante para tu salud emocional y tu progreso personal.
La tentación de culpar a otros cuando algo nos sale mal es muy grande. Decir “me equivoqué” no es tan fácil, porque esto nos deja en evidencia. A veces nos cuesta aceptar que no siempre tenemos razón ni hacemos las cosas bien.
A esa vergüenza hay que sumarle que, por algún motivo, a nuestro cerebro no le gusta nada que le “faltemos al respeto” y trata de defenderse por todos los medios.
Es por eso que nos ocurren cosas como la del siguiente ejemplo:
Un hombre llamado 🚶♂️ Carlos 👨🏻 debe entrar a trabajar a las 8:00 AM y vive a 15 minutos en coche del trabajo. Una mañana, sale de casa a las 7:49 a toda prisa.
Al llegar al coche, se da cuenta de que su mujer olvidó poner el sillón del conductor en la posición que a él le resulta cómoda. Así que tiene que dedicar un poco de tiempo a colocarlo.
Cuando va a salir del garaje, el mando no funciona a la primera y tiene que apretar el botón tres veces para que abra la puerta. Por si eso fuera poco, un vecino está entrando en el garaje justo cuando él iba a salir.
En el camino al trabajo, se encuentra con varios semáforos en rojo y un camión que va delante de él circula a una velocidad de tortuga.
Cuando llega al trabajo, después de dar varias vueltas antes de encontrar aparcamiento, el ascensor no está disponible y esto le retrasa aún más.
Finalmente, hace la aparición en su puesto de trabajo a las 8:09.
Cuando alguien le pregunta por qué se retrasó, él piensa en los culpables de su retraso:
Su mujer, el mando del garaje, el vecino, los semáforos, el camión tortuga, la falta de aparcamiento que hay por culpa del alcalde y el ascensor. 😏
El caso del ejemplo puede dar un poco de risa, porque a muchos nos ha pasado.
Sin embargo, echar las culpas fuera no nos permite encontrar soluciones porque, si hay algo cierto, es que no podemos influir sobre todo lo que ocurre a nuestro alrededor. No podemos controlar lo que no nos corresponde.
Solo podemos controlar lo que hacemos, pensamos y decimos nosotros mismos. Es lo único que nos corresponde y es nuestra responsabilidad.
Siguiendo con el ejemplo de antes, si fuésemos Carlos podríamos pensar:
¡Madre mía! ¡Qué mala suerte tengo! ¡Todo me pasa a mí! ¿Es que no va a haber un solo día en que llegue temprano al trabajo?
Cuando la realidad es que, entre todas las cosas a las que 🚶♂️ Carlos 👨🏻 echa la culpa, se olvida de la más importante y la única sobre la que él tenía control: ÉL SALIÓ TARDE DE CASA. Si hubiese salido temprano, habría llegado a tiempo al trabajo.
Porque, si tú ya sabes que tardas 15 minutos en el trayecto de casa al trabajo, no puedes salir por la puerta de tu casa con solo 13 minutos de tiempo. A las 7:45 (como muy tarde) ya debes estar saliendo de tu garaje, y no en casa terminando de desayunar.
El lado bueno de esto es que tenemos el control y el poder de lo que sí podemos manejar. Si dejamos de culpar a otros de lo que nos corresponde a nosotros solucionar, podremos poner solución a nuestros problemas.
En mi artículo sobre cómo evitar el exceso de preocupaciones↗️ te hablé de que no podemos tener el control sobre todas las cosas. Por eso, si en tu mente los responsables de tus problemas son otras personas o circunstancias, no podrás hacer nada.
Serás una víctima de tu propia vida y estarás en una situación de parálisis que no te permitirá avanzar.
Para ser plenamente responsable de tu vida y asumir el control, necesitas enfocarte en mejorar lo que SÍ depende de ti. Para eso, es importante que identifiques cuál es tu zona de control y cómo puedes cambiarla.
Volviendo al ejemplo:
🚶♂️ Carlos 👨🏻 puede llegar a la conclusión sincera de que el problema principal fue que salió tarde de su casa. Por eso, y como eso sí está dentro de su zona de control, actúa.
Al día siguiente, en lugar de remolonear en la cama y quedarse embobado pensando en su existencia mientras agarra una tostada en la mano durante media hora, se levanta a tiempo, se viste, desayuna y está en el coche saliendo de su garaje a las 7:43. Ese día, no solamente no llega tarde, sino que llega temprano al trabajo.
¿Por qué logra este hombre del ejemplo llegar temprano? Porque ha seguido los pasos de alguien responsable de su propia vida:
1️⃣ Se ha percatado de un problema: llegó tarde a su trabajo.
2️⃣ Ha analizado los motivos: había muchos que tenían que ver con otras personas y con las circunstancias. Pero había uno, más importante, que tenía que ver con él.
3️⃣ Ha asumido que fue su propia responsabilidad: si ÉL (no otros) hubiese salido antes de casa, habría llegado a tiempo.
4️⃣ Ha dejado de culpar a otros: porque sabe que lo que otros hagan se escapa de su control.
5️⃣ Ha buscado una solución para aquello que sí puede controlar: levantarse más temprano, no remolonear y salir antes.
Y el resultado, ya lo conoces.
Es evidente que no eres 100 % responsable de absolutamente todo lo que ocurre en tu vida porque, por muy diligente que seas, a todos nos ocurren sucesos imprevistos que se escapan de nuestro control.
Sin embargo, si te responsabilizas de las cosas que sí entran dentro de tu zona de control y dejas de culpar a los demás por ellas, podrás tomar las riendas de tu vida y solucionar lo que no te gusta de ella. ¡Atrévete a ser el responsable de tu propia vida!
¿Y tú? ¿Qué opinas? ¿Quieres ser la persona responsable de tu vida? 💬 ¡Me encantará leer en la sección de comentarios tu opinión sobre este tema! 💬 ¡Y, si tienes alguna experiencia que contar al respecto, también será bienvenida!