Si algo he aprendido de trabajar desde casa es que el sofá es demasiado tentador y el ordenador demasiado absorbente.
Durante los primeros meses, apenas me movía de mi escritorio, y eso empezó a pasarme factura.
Sentía la espalda rígida, estaba de mal humor, y mi energía parecía desaparecer a mitad del día.
Por eso, decidí buscar formas sencillas de moverme más, incluso sin salir de casa.
Aquí te comparto lo que a mí me ha funcionado, por si también te pasa lo mismo.
¿Por qué moverte es tan importante?
Cuando trabajas desde casa, el movimiento queda relegado a un segundo plano: no tienes que caminar al trabajo, no subes escaleras en la oficina, y muchas veces ni siquiera sales a comprar el pan.
Pero estar tanto tiempo sentado no solo afecta tu cuerpo (¡hola, dolores de espalda!), sino también tu mente.
Descubrí que moverme, aunque fuera solo un poco, me ayudaba a despejarme, concentrarme mejor y, sobre todo, sentirme más ligera y menos tensa.
Pequeños trucos que marcan la diferencia
Para moverte en tu día a día trabajando desde casa no tienes que hacer grandes cambios. Basta con ir poco a poco. Estos son algunos pequeños cambios que puedes hacer.
1. Levántate cada hora, aunque sea para dar una vuelta
Esto lo empecé a hacer después de darme cuenta de que podía pasar tres horas seguidas sin moverme.
Ahora, cada vez que termino una tarea, me levanto y camino por casa: voy a la cocina a por agua, salgo a tirar la basura o simplemente estiro las piernas.
Es increíble cómo algo tan sencillo te cambia el ánimo.
2. Saca tiempo para «microejercicios»
No necesitas una hora de gimnasio para activarte.
Yo, por ejemplo, hago sentadillas mientras espero que se caliente el café o me estiro mientras escucho algún audio de trabajo.
Estos pequeños momentos suman y te ayudan a romper con la monotonía.
3. Adapta tu espacio de trabajo
Una vez me di cuenta de que pasaba todo el día encorvada, decidí hacer algunos ajustes en mi escritorio: subí la pantalla del ordenador, busqué una silla cómoda y me forcé a cambiar de postura cada poco tiempo.
Parece una tontería, pero tu espalda te lo agradecerá.
4. Camina mientras hablas por teléfono
Si tienes que atender llamadas, no las hagas sentada.
Caminar mientras hablas es una forma estupenda de moverte sin perder tiempo.
Yo incluso doy vueltas por la casa mientras repaso mentalmente lo que tengo que hacer.
5. Usa las tareas del hogar como excusa para moverte
Algo tan simple como poner la lavadora, barrer o recoger la ropa te mantiene en movimiento sin darte cuenta.
Antes, veía estas cosas como una pérdida de tiempo, pero ahora las uso para despejarme un rato del ordenador.
6. Sal a la calle siempre que puedas
Este es mi truco favorito.
Aunque tenga mucho trabajo, intento salir al menos 15 minutos para caminar un poco por la zona.
Coger aire fresco me ayuda a despejar la mente y a sentirme más despierta.
Cómo estructuro mi día para moverme más
Por si te sirve de inspiración, esta es la rutina que sigo ahora para mantenerme activa:
- Por la mañana: 5 minutos de estiramientos básicos al levantarme (cosas sencillas, como mover los brazos o girar el cuello para soltar tensiones).
- A media mañana: Pongo alguna lavadora para tener que subir y bajar los dos pisos de mi casa un par de veces o me doy una vuelta rápida por la casa recogiendo.
- Durante la comida: Mientras preparo algo, aprovecho para hacer sentadillas o caminar en lugar de quedarme en el móvil.
- Por la tarde: Me obligo a salir a la calle, aunque sea solo para dar una vuelta por los alrededores.
Trabajar desde casa no tiene por qué significar estar todo el día pegada a la silla.
Con pequeños cambios y algunos momentos dedicados a moverte, puedes sentirte mucho mejor.
Y créeme, tu cuerpo (y tu mente) lo agradecerán.
¿Tú también trabajas desde casa? ¿Qué haces para mantenerte activo? Cuéntamelo, ¡me encantará saber tus trucos! 😊
0 comentarios